ASTROLOGÍA CHINA: CABALLO

LOS AÑOS DEL CABALLO:   1906   1918   1930   1942   1954   1966   1978   1990   2014   2026   2038   2050

El nativo del caballo es una fuerza de la naturaleza de temperamento ardiente y combativo, pero también un ser frágil, elegante y refinado. Tiene necesidad de aparentar, ser reconocido, pavonearse y destacar en sociedad. De inteligencia ágil y elocuencia excepcional, posee un sutil poder de persuasión, suscita simpatía y admiración o bien envidia y enemistad, a veces simultáneamente. Hay que decir que, así como le gustan las relaciones humanas, los intercambios, los contactos y las fiestas mundanas más que otra cosa, al mismo tiempo es demasiado cambiante y voluble y tiene miedo a sentirse controlado, a que alguien invada su territorio que, por otra parte, ya encuentra demasiado estrecho para él solo. También teme ser privado de su independencia. Tiene necesidad de cambios, espacio, viajes, ensanchar su horizonte, saciar su curiosidad y poder dar rienda suelta a sus impulsos, a veces, irreprimibles, que pueden empujarle a partir sin avisar, de la noche al día.

Fogoso, impetuoso y salvaje, rápido como el rayo, indomable e imprevisible, de golpe puede mostrarse tranquilo, impasible, sereno, lleno de encanto y humor, muy atractivo, irresistible. Pero se trata de una breve tregua... o de la calma que precede la tormenta, ya que, la mayoria de las veces, tiene necesidad de precipitarse, moverse, lanzarse con los ojos cerrados hacía una hiperactividad no siempre constructiva, excepto si tiene un objetivo que lograr, una decisión rápida que tomar o si debe lanzarse en una carrera o aventura estimulante para él.

Destaca en todos los dominios de la vida o actividades que exigen cierta improvisación, una entrega instantánea y profunda, una capacidad de estar en varios frentes a la vez y realizar el máximo esfuerzo en un corto período de tiempo. Cuanto más urgente sea la iniciativa a tomar o la acción a emprender, mejor se siente. No le gustan las situaciones que se alargan y se eternizan.

Necesita ver resultados lo antes posible. Así, lo que le motva es la intensidad del momento, raramente su duración, la continuidad, los proyectos o empresas a largo plazo.

También su corazón se acelera fácilmente, pero se ahoga o se cansa con la misma facilidad.

En efecto, aunque resulte paradójico, es leal. En amor, también, se entrega en cuerpo y alma en la intensidad del momento.

Ahora bien, en principio es sincero, pero no soporta las relaciones tibias o monótonas, la rutina, la vida de pareja día a día..

Tiene necesidad de pasión cotidiana, de seducir y ser seducido, sorprendido, asombrado, de conquistar, dejar volar su mente en un reino mejor, más grande, más maravilloso, un mundo sin fronteras, en estado salvaje, donde pueda correr con toda libertad, sin parar jamás. 

Entonces, cuando no siente tanto ardor amoroso, se evade, busca una nueva conquista, una nueva pasión, de la que se convencerá que esta vez será para siempre, que será el Amor con A mayúscula. Así galopan los nacidos bajo el Caballo del zodíaco Chino, a la búsqueda de un amor imposible, un amor de ensueño o a lo mejor simplemente a la búsqueda de sí mismos...

CABALLO-ARIES:  Arranca siempre deprisa, pero se cansa y rara vez alcanza sus objetivos. Este nativo impetuoso e impaciente necesitaría un poco de contención, de disciplina y de perseverancia, pero funciona a base de impulsos y no escucha a nadie. A menudo da la sensación de estar a punto de irse, de evadirse y de dejarlo todo. Sólo le puede atar el amor.

CABALLO-TAURO: Es como un caballo de tiro que ara, pero no es un esclavo. Le gustan demasiado las comodidades y sus costumbres para eso. Le gusta sobre todo ser amado y que se esté atento a sus deseos. Bajo una apariencia tranquila, hierven profundas pasiones amorosas y  carnales. Es capaz de alimentar rencores tenaces que expresará con enfados devastadores. Es muy susceptible, sobre todo si se trara de dinero.

CABALLO-GÉMINIS: En este nativo, hay nobleza, brillantez, clase innata. Pero su lema es "quien me quiera, que me siga" y hay que ser muy astuto para poder decir cuál es su verdadera personalidad. Para él, la vida es un inmenso teatro en el que él representa todos los papeles. Pero acaba interpretando su vida en lugar de vivirla. Si nos gustan los cambios, la vida bohemia, el mundo de las apariencias, debemos vivir con él.

CABALLO-CÁNCER: Le gustan los espacios sencillos y naturales, el campo que da seguridad. Aspira a vivir en él con los suyos. Por este hecho, sus ambiciones, sus deseos, sus necesidades son sencillas. Sin duda, para compensar sus angustias y sus cambios de humor, sus caprichos o sus dramas, que le hacen decir o hacer cualquier cosa a veces, aunque por poco rato.

CABALLO-LEO: Este nativo emana ambición, lujo, belleza, e inspira pasión. Pero es un eterno insatisfechho, siempre en busca de admiración, de reconocimiento, de aprovación. Aunque tenga carisma y seducción, se hace insoportable por su arrogancia y su egocentrismo. No soporta el conformismo y los lugares comunes, pero es incapaz de cuestionarse, de pensar un solo instante que se le puede llevar la contraria.

CABALLO-VIRGO: Adonde quiera que vaya y emprenda lo que emprenda, no se pierde jamás y no se desvía nunca de su ruta. Prevé todo de antemano. Tiene sentido del itinerario. No dudará en desviarse para evitar arriesgarse inútilmente o enfrentarse a lo desconocido. Para él lo importante es poder llegar a su meta a tiempo. Odia los retrasos y los contratiempos y puede montar un drama por una nimiedad. Es muy exigente hacia él mismo y a veces intransigente con las reglas y los principios. Pero es un excelente consejero.

CABALLO-LIBRA: Avanza con paso cadencioso y elegante. Todo su cuerpo se desenvuelve con gracia. Sus gestos son los precisos y delicados. Pero no se contenta con hablar con las manos, pues sabe que no hay nadie mejor que él para enunciar claramente y con habilidad lo que conoce a fondo. Si hay un mensaje que divulgar o una causa que defender, puedes contar con él: sabrá encontrar las palabras mecesarias, seducir, convencer. Y, además, se compromete, sobre todo si tú también lo estas.

CABALLO-ESCORPIO: Aunque sea fascinante, de pura raza, tranquilo, no hay que pensar que este nativo es un animal doméstico. Tiene una naturaleza salvaje, indomable y definitivamente indómita. Prefiere perderlo todo antes que rendirse, someterse u obedecer. De entrada adivina el pensamiento y las intenciones. Es muy difícil mentirle. Es impenetrable, misterioso, secreto, silencioso. Se va y vuelve. No intentéis obligarlo o retenerlo; no lo soportaría.

CABALLO-SAGITARIO: Es sin duda alguna el más fogoso y aventurero de todos los nativos de Sagitario, pero también el más puro de los nativos del Caballo chino. Nació libre y vive libre. Pero su libertad es placentera. No es reivindicativa ni molesta para los demás. Cuando se le conoce, ni se nos ocurrirá atarlo, como si se tratase de un sacrilegio. Lo observamos evolucionar y extraemos una lección de vida, sencilla, buena y natural. Sin embargo, es necesario que tenga un objetivo o una motivación, para no desbocarse.

CABALLO-CAPRICORNIO: Con él, no hay que fiarse nunca de las apariencias. Tiene buena voluntad, es comprensivo, entregado, pero se deja llevar por los sueños y su imaginación es desbordante. Tiene siempre algún plan o proyectos en la cabeza, le gustaría una vida nueva pero no sabe por dónde empezar. Si sabe elegir entre sus originales ideas, podrá sin duda realizar algo interesante para él y para los demás. Si no, vivirá aquí, pero tendrá siempre la cabeza en otro lugar.

CABALLO-ACUARIO: Quiere saberlo todo, entenderlo y conocerlo todo. Es un buscador de verdades que pone sus descubrimientos en práctica. Tiene ya un pie en el futuro. Piensa, adelanta, innova. Ayuda a encontrar soluciones prácticas a los problemas. Su carácter humanista e idealista lo incita a preocuparse por los demás tanto como por él mismo. Para él, solidaridad no es una palabra vana y la libertad es su razón de vivir.

CABALLO-PISCIS: Sabe que la verdad es una cosa cambiante y que la única cierta es la del momento. Como no teme las contradicciones, dice una cosa por la mañana y hace justo lo contrario por la noche. Hay que escucharlo sin creerlo. Pero es tan seductor que caemos en la tentación de creer en lo que nos dice. Se pasea, observa y se encamina hacia lo que le dicta el corazón. Es un oportunista ingenuo y espontáneo, muy receptivo y que sabe lo que debe hacer y adónde debe ir.

TAROT SABIDURÍA METAFÍSICA  -MARA-

 

 

 

 

 


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