PENSAMIENTOS

Cada idea que sale de nuestra mente escribe nuestro futuro, al igual que las emociones y los sentimientos causan efectos positivos o negativos en nuestro interior. El amor, la alegría o la capacidad para ayudar al prójimo serán para nosotros sentimientos creadores de salud, prosperidad, éxito y amistad; en cambio, el resentimiento, el miedo, la tristeza, el enojo, la crítica o el sentimiento de culpa serán artífices de nuestra enfermedad, soledad o de nuestros fracasos.

Los seres humanos tenemos la capacidad de generar nuestra propia salud física, emocional y mental. Sin embargo, a menudo no la desarrollamos; unas veces, por desconocimiento de este don, y otras, por falta de confianza en nuestras posibilidades.

Los pensamientos son órdenes que se distribuyen por todo el organismo. El cerebro está conectado con la columna vertebral, la cual, a través de todas sus terminaciones, envía, a su vez, a cada una de las células. De hecho, cuando atravesamos un mal momento, la información de este estado de ánimo se registra en nuestras células restándolas vitalidad; lo contrario sucede con los pensamientos positivos, que se encaminan a regenerar cada milímetro de nuestro cuerpo; emociones como la alegría o a satisfacción liberan sustancias químicas en el cerebro que optimizan el funcionamiento del cuerpo.

Numerosas enfermedades que afectan al ser humano son resultado de una mala relación entre la mente y el cuerpo.

A menudo, la enfermedad es una señal que nos envía nuestro cuerpo para decirnos que debemos cambiar algo en nuestra vida, y hacerlo, muchas veces, está en nuestras manos, es decir, en nuestra mente.

Si nos liberamos de nuestras emociones negativas y de los patrones de conducta que las producen podremos aliviar, e incluso eliminar, los síntomas de una enfermedad.

Lo que tenemos en la vida tiene mucho que ver con lo que hemos hecho o lo que hemos dejado de hacer. Y como el futuro es consecuencia de nuestro presente, no hay que perder ni un momento y corregir lo que sea necesario para disfrutar de una vida mejor.

El organismo trata de manifestar energías inconscientes que habitualmente ignoramos. Si éstas se mantienen bloqueadas durante mucho tiempo pueden provocar trastornos leves, avisos que deberían ser atendidos de inmediato antes de que deriven en enfermedad. Sean cuales sean nuestras emociones -culpa, preocupación, rencor o ira- , hay que dejarlas salir para evitar que se acumulen en nuestro cuerpo.

Curación significa "el fin de los síntomas", y, por tanto, la autocuración tiene como objetivo aliviar o eliminar los sintomas a través de nuestra fuerza interior.

A menudo ignoramos las pequeñas señales de alerta de nuestro cuerpo -cefaleas, agotamiento, pérdida del apetito, mal aspecto de la piel- y continuamos con nuestra vida sin realizar ningún cambio.

En general, respetamos poco nuestro cuerpo y no lo tomamos en serio hasta que nos produce molestias. Si bien es cierto que somos conscientes de que necesita agua, comida, descanso, un ejercicio que a veces no le procuramos, y algunas revisiones ocasionales, sólo reparamos en él cuando nos transmite dolor.

En la actualidad, un gran número de personas admite que el nerviosismo, la angustia, o la ansiedad pueden dar lugar a dolores de cabeza, trastornos estomacales, y estreñimiento, y que el estrés puede ocasionar úlceras e incluso ataques cardiacos; también la depresión se contempla como una enfermedad que puede generar trastornos físicos. Recordemos que el cuerpo emite señales físicas cuando la mente está indispuesta, y que estamos irritables cuando nuestro cuerpo físico no funciona correctamente. También somos conscientes de que, cuando pasamos por un buen momento, nos sentimos más activos y somos más inmunes a las infecciones, como, por ejemplo, a los resfriados. Si compartimos todo lo expuesto, deberíamos admitir que está en nuestras manos -mejor dicho, en nuestra mente- la posibilidad de controlar lo que nos sucede físicamente.

* Siéntate cómodamente, e inspira y expira el aire muy despacio.

* Intenta recordar una situación del pasado que te resulte desagradable; trata de revivirla y atiende a los sentimientos y pensamientos que ésta te genere. Cuando se consigue evocar un episodio con realismo y fuerza, se perciben nuevamente las emociones de miedo, angustia, agresividad e impotencia que se sintieron cuando sucedió. Hay que dejar que esas emociones nos impregnen, y analizar nuestro estado de ánimo; coincidiremos en que éste no es el idóneo para enfrentarnos a un nuevo día y resolver nuestros quehaceres cotidianos.

*Cuando hayan transcurrido unos minutos, repite el ejercicio pero, esta vez, evocando una situación muy agradable del pasado; después de experimentar las buenas sensaciones que de ella se desprenden, comprobaremos que hemos acumulado pensamientos positivos que nos permiten sentir el presente y mirar hacia el futuro con optimismo.

Si realizamos este ejercicio con profundidad, nos será más fácil admitir que "somos lo que pensamos".

Tarot Sabiduría Metafísica  -MARA-

Carmen Orús


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